Las fábulas en náhuatl nos conectan con la riqueza cultural y la sabiduría ancestral de Mesoamérica. En este espacio, encontrarás relatos fascinantes con traducción al español para que todos puedan disfrutar de estas historias llenas de enseñanzas. Estos textos, traducidos al castellano, mantienen su esencia original y reflejan la profundidad de la tradición nahua.
Descubre más relatos interesantes explorando nuestra sección dedicada a fábulas cortas. Aquí encontrarás cuentos breves y llenos de significado que te inspirarán y te dejarán reflexionando sobre sus valiosas moralejas.
En un rincón perdido del bosque vivía Tlacuache, un animal astuto y curioso conocido por su capacidad de resolver problemas. Un día, mientras caminaba en busca de comida, vio a lo lejos un árbol enorme con hojas brillantes que parecían susurrar al viento.
—¿Qué clase de árbol será este? —se preguntó Tlacuache.
Se acercó cauteloso y notó que cada hoja del árbol tenía grabadas palabras en náhuatl. Era el Árbol Sagrado de las Palabras, una reliquia de los dioses que contenía toda la sabiduría del mundo. Intrigado, Tlacuache tocó una de las hojas, y una voz resonó:
—Solo aquel que respete las palabras y actúe con honestidad podrá llevarse uno de mis frutos.
Tlacuache, quien siempre buscaba aprovecharse de las oportunidades, decidió engañar al árbol.
—Yo soy el guardián del bosque —dijo con voz firme—. Necesito un fruto para llevarlo al pueblo y compartir la sabiduría.
El árbol, confiado, dejó caer un fruto dorado. Pero tan pronto como Tlacuache lo tomó, salió corriendo sin mirar atrás.
—¡Sabiduría para mí solo! —gritó mientras se alejaba.
Cuando llegó a su guarida, trató de abrir el fruto, pero este permanecía cerrado. Frustrado, lo golpeó contra las rocas, lo lanzó al río y hasta trató de morderlo. Nada funcionó.
De pronto, escuchó una voz dentro del fruto:
—Las palabras engañosas tienen consecuencias. Si deseas abrirme, devuelve lo que robaste y pide disculpas.
Tlacuache regresó al árbol con el fruto y confesó su mentira. El árbol lo perdonó y le explicó que la verdadera sabiduría radica en compartir y en actuar con rectitud. A partir de ese día, Tlacuache aprendió a ser honesto y respetar las palabras.
Moraleja
La sabiduría no se encuentra en el engaño, sino en la honestidad y el respeto por los demás.
Tochtli huan Cuetlachtli Tonalxiuhpan
Ipan Tonalxiuhpan, oquinemi Tochtli, ce huehueyay animal hueyi chicahuac huel yahuihuaztiya huan ompa patlahuaztiya. Se tonatiuh, ipan in mochihua centli, huel moquiza Cuetlachtli, huel ohuallaqui itech tlapohualiz huan tlen tlahtlacualoyan.
—Ticchihua in nehuatlacan, Tochtli? —quetza Cuetlachtli ce hueyi icholli.
En el Valle de la Luna, vivía Conejo, un animal pequeño pero muy hábil para saltar y correr. Un día, mientras recogía maíz, vio a Zorro, quien era conocido por su habilidad para cazar y su carácter agresivo.
—¿Qué haces por aquí, Conejo? —preguntó Zorro con una sonrisa astuta.
—Recojo maíz para el invierno —respondió Conejo, tratando de sonar valiente.
Zorro, hambriento, vio en Conejo una comida fácil. Decidió engañarlo con palabras amables.
—No necesitas trabajar tanto. Conozco un lugar donde hay más comida de la que podrías imaginar. Ven conmigo, te lo mostraré.
Conejo dudó, pero su curiosidad pudo más. Caminó junto a Zorro hasta llegar a una cueva oscura. Dentro, vio huesos y pieles de otros animales. Asustado, quiso retroceder, pero Zorro le bloqueó el camino.
—Aquí es donde te quedarás —dijo Zorro, mostrando sus colmillos.
Conejo, aunque pequeño, era inteligente. Miró a Zorro con calma y dijo:
—Es cierto que soy pequeño, pero mi carne es amarga. Si me dejas buscar una hierba especial que crece cerca, haré que sea dulce y deliciosa.
Zorro, confiado, lo dejó ir. Conejo corrió tan rápido que Zorro no pudo seguirlo. Desde ese día, Conejo aprendió a ser más precavido y a confiar en su intuición.
Por otro lado, Zorro se quedó en su cueva, esperando a su próxima presa, pero nunca volvió a confiar en nadie.
Moraleja
La astucia y la precaución son mejores aliados que la fuerza y la confianza ciega.
Si buscas historias que combinen entretenimiento y aprendizaje, no te pierdas nuestra colección de fábulas con moraleja. Estos cuentos tradicionales ofrecen enseñanzas atemporales que enriquecen nuestra vida cotidiana.
In Coatl ihuan in Cuauhtli itlaneltoka Atl Xoxouhqui
In ce oyohualli, xochitl hueyi tepetl izhuayo, ihtoa in altepetl ixiptlaic yohualhuatzin. In nican yancuic icuic tlen aman in cencalli atl, hui ic icuic atl itech chiya altepetl iccuic calaca.
In nican yancuic ce coatl (in tlakatl mezintlamila) huehuehuetlahtlacopa quichiya in ihtlaltlaca cualocopa tlen cahuiztli cualli tonatiuh in calli xochitl. Nican onitzahuia xochitl cuauhtli («huetzin pilli tlen huehuetlahtlanitl»), in huetzin iyollotlacatl tlakatl in inhuaztlahtlacopa caquiztlaca.
«— Cuauhtli, tlakuia nimitstotah in iquitzelocopa ihuan huallahtlamilitik? —iquihuitl coatl.»
«— Nohuantin niixquich totlaye in altepetl chicomecacopa xochitl iuh in tololohtik in telica,» nihuetzi cuauhtli.
In ce ipan nahui coatl ihtoaya nimitzahuia tlapalehuia iuh nohuayotlacopa.
«— A, in iquitzelocopa titzahuitl xochitl caquiztlaca; oc nohuan niixquich tlaka canahuihuia tlaxochitl: In chichiltika in huan tictzopelikpa in tonaltiuh canin nemiliztli.»
In Cuauhtli huatzin, caquiztlaca icniuhcalpanteconcho, huehuecopa ohuaya ihuan mochipa huehueyotlaco.
Ipampa in Cuauhtli, ce xochitl nimitzquixcayotl ixiptla tlen tonalco. Huelic mexitla cuicaya ic mexitlaztic tlen altepetl xochitl ohuaya.
Moraleja
In ce cuicatl ic mexitlaztic, amo ticuahuitl in quena cualli huatzin iuh tlen nehnemiliz icelocalitica mexitlaztic.
Traducción al Español
La Serpiente y el Águila del Lago de Cristal
En un valle rodeado de montañas había un lago tan claro que se decía que las estrellas se reflejaban en él incluso durante el día. Allí vivía una serpiente llamada Coatl, que disfrutaba deslizándose entre las piedras, observando todo a su alrededor con astucia.
Un día, un águila majestuosa llamada Cuauhtli llegó al lago para beber agua. Coatl, al verla, sintió envidia por su capacidad de volar alto y dominar los cielos.
—Cuauhtli, ¿por qué no bajas más seguido a la tierra? —preguntó Coatl—. Aquí abajo hay tanto que ver.
Cuauhtli respondió con voz firme:
—Vivo en las alturas porque desde ahí puedo protegerme. No tengo enemigos que me alcancen en el cielo.
Coatl, intrigada, decidió convencer al águila de que la tierra ofrecía mejores oportunidades.
—Si permaneces siempre arriba, te perderás las bellezas del lago. Ven, puedo mostrarte los secretos de las profundidades.
Cuauhtli, confiando en las palabras de la serpiente, descendió al suelo y siguió a Coatl hasta una cueva cerca del lago. Dentro, la serpiente señaló un charco pequeño lleno de peces dorados.
—¿Ves? Aquí puedes alimentarte sin esfuerzo —dijo Coatl, mostrando una sonrisa astuta.
El águila, fascinada, se inclinó para observar los peces. En ese momento, Coatl intentó atraparla con un rápido movimiento de su cuerpo. Pero Cuauhtli, con reflejos veloces, logró escapar y volar de regreso al cielo.
Desde ese día, Cuauhtli aprendió a no confiar en promesas fáciles y a valorar la seguridad que le ofrecía su lugar en las alturas.
Moraleja
Las promesas fáciles pueden esconder intenciones peligrosas. La prudencia siempre será tu mejor aliada.
In cuicatl Ayotl huan Huitzilin in xochitl tlachihualoyan xochitl huehca mahuiztic
Oc ce xochitl tlachihualoyan mahuiztic, ixquich xochitl ahmo huehueya, momachilia ce ayotl itoca Ayotl. Yehuatl motenehua ixquich xochitl tlazohquetzalli, nahuatilli xochitl itztimani ipan tlaltikpak. Oc ce tonalli, kualkan amo ichpochitl, hualchihualtia yehuatl ce huitzilin itoca Huitzilin, yehuatl huel icuazca itenoch.
El Armadillo y el Colibrí en el Jardín de Flores Eternas
En un jardín mágico donde las flores nunca se marchitaban, vivía un armadillo llamado Ayotl. Pasaba sus días cavando túneles bajo las raíces de los árboles, siempre en busca de algo nuevo. Un día, mientras exploraba, encontró a un colibrí llamado Huitzilin, que revoloteaba entre las flores.
—¿Qué haces tan apresurado, Huitzilin? —preguntó Ayotl.
—Recojo néctar para llevarlo a mi hogar —respondió Huitzilin con entusiasmo.
Ayotl, curioso, le pidió al colibrí que le enseñara a volar para poder alcanzar las flores más altas. Huitzilin, aunque dudoso, accedió.
—Es imposible que vueles, Ayotl, pero puedo mostrarte cómo alcanzar el néctar sin volar —dijo Huitzilin.
Juntos trabajaron para encontrar una forma de trepar a los árboles. Ayotl, con su fuerza, derribó ramas pequeñas para acercar las flores al suelo, mientras Huitzilin le enseñaba qué plantas tenían el mejor néctar.
Pronto, el jardín se llenó de frutos que ambos compartieron con otros animales. Sin embargo, algunos comenzaron a envidiar su éxito y se quejaron de que Ayotl y Huitzilin estaban tomando más de lo que les correspondía.
—¡Están agotando el jardín! —decían.
Preocupados, Ayotl y Huitzilin decidieron proteger el jardín y enseñar a los demás cómo trabajar juntos para mantener su belleza. Con el tiempo, todos aprendieron a colaborar y a cuidar el lugar que les daba sustento.
Moraleja
La cooperación y el respeto por los recursos son esenciales para vivir en armonía con los demás.
In Jaguar huan In Atl in Tlanelhuayotl
Tlen yolkameh tlazohkamati tlaltikpak, motlanehuiyah in chicahuak tekuan, Ocelotl, aselihuitika ihuan tepan nenemi. Ompa ipan tepepa motlakaya se atl kamati Atoyatl, tehuatl ikualij tihmotlatepakilis xochitl ikualij ahkawilistli. Kemeh yolkameh kitlajkamati in atl keualli se atl maquiztica huan kitlapatihuaya.
Se tlakatl, Ocelotl, nomantsini mikaltia, ompa nemiah ihuan kiya sechi otlamikiliz ipan in atl. Ikan omnikuiloh, kachikah se kotolt in ipatlakatlan.
In altepetl tlatlamachih, ahmo tlanepantlalistli ka tlatlanilistli huan tiyolotzokayotia.
Traducción al Español
El Jaguar y el Río de los Ecos
En el corazón de una selva densa y vibrante, vivía un majestuoso jaguar llamado Ocelotl, conocido por su fuerza y su carácter solitario. Cerca de su territorio fluía un río llamado Atoyatl, cuya peculiaridad era devolver las palabras en forma de eco. Muchos animales lo consideraban un río mágico y acudían a él en busca de consejos.
Un día, Ocelotl, cansado de cazar, decidió descansar cerca del río. Mientras bebía agua, escuchó su propio gruñido transformado en un eco.
—¿Quién osa imitarme? —rugió, mirando a su alrededor.
El río, con su serena voz, le respondió:
—Soy Atoyatl, el río que devuelve las palabras. Si buscas respuestas, házmelas saber, pero ten en cuenta que mis respuestas son solo un reflejo de tus propios pensamientos.
Intrigado, Ocelotl decidió probar la sabiduría del río.
—¿Cómo puedo ser el líder más fuerte de la selva? —preguntó.
El río respondió con una serie de ecos:
—Sé justo, sé sabio, y no abuses de tu fuerza.
Ocelotl reflexionó sobre las palabras, pero su orgullo lo llevó a ignorarlas. En lugar de eso, decidió usar su fuerza para dominar a otros animales. Pasaron los días, y aunque lograba que todos le temieran, sentía un vacío en su corazón.
Regresó al río y volvió a preguntar:
—¿Por qué, si soy tan fuerte, me siento solo?
El río repitió:
—Sé justo, sé sabio, y no abuses de tu fuerza.
Finalmente, Ocelotl entendió que el respeto no se gana a través del miedo, sino con acciones justas y compasivas. Desde ese día, trató a los demás con sabiduría y se convirtió en un líder admirado, no temido.
Moraleja
El verdadero liderazgo no se basa en la fuerza, sino en la justicia y la sabiduría.
In Mazatl huan In Ehecatl In Yolikamej Tepen
Ompa, ipan in tepen in ipalnetlalilistli, ikan chipahuak ahuexotl huan ehecatl xochitl yolikamej. Ompa itzintlan okachikah se tlatlahpak mazatl motoka Mazatl. Ipan yolnonozkatia, ihuan itzintlan tonatiuh ikwah tepe yohkamachikah se niyohhuik. Huelik, se tlahtik, ompak matlanotlan.
—¿Ken momachtia ne achikawan, kaniyoh ayok niyotlalitzli? —kinichika.
Ihuan in tlen yolnotzani, iye ipalnemiliztli, otetlapan nihuik intotol in Ehecatl in yohuitl tekpakpan. Ompa Ehecatl omihkaki, se nemilistli omixochipa.
—Tlahtoh, Mazatl, ¿akan tinonotzani ika motlalo?
—Nikpakilos in axitl, ichan, huan nimitztlahchihuilij, pero se tlen amo ikinechnemilis tichinamiqui. —kaah.
In Ehecatl, se tlapiltontli, onitlakamaki:
—In motlalo kixochitl in amo ichka se nemilistli. Tihuik amo ipan in tepen, kikin ipan tlahtlaniliztli, ah mochi yolkamej teik tlaxilamaketz.
Ikan nokuiltlamantl, Mazatl kipilowa ichan. Ihuik ipan in tlahtlanilistli, yechipan ikishkaki kinemi: se totoltlahtoa, in chikitototl ayomikwilos, ihuan se oquichpilli okichtlapitza ichka. In Mazatl tlamiyolpial, kipia chiuwi mochi motlapachikitia, motiyotl ama teik tlaxilamaketz.
Ikpan ipohpohuaya, ichikatzin, ihuan opakiaya, kan yez tlahtlanilistli, ihuan amo ihyekohya huey nemilistik. In nemilistik tlapoxtilpitzkayotl in Ehecatl huan ikak in Ehecatl yohuitl.
Teyoltilistli
In nelli yolikamej nemiliztli tlapowa xochitl timoikilistli huan ikkan tlaxilamaketz mochi miak nemiliztli.
Traducción al Español
El Venado y el Viento Sabio de las Montañas
En las montañas más altas, donde los pinos cantan con el viento, vivía un elegante venado llamado Mazatl. Su vida era tranquila, y disfrutaba paseando por los valles mientras las nubes adornaban el cielo. Sin embargo, un día sintió una inquietud inexplicable.
—¿Por qué me siento perdido si tengo todo lo que necesito? —se preguntó.
En busca de respuestas, subió a la cima de una montaña, donde se decía que el Viento Sabio, llamado Ehecatl, escuchaba las preocupaciones de quienes lo buscaban. Cuando Mazatl llegó, el viento lo envolvió con suavidad y le habló:
—Dime, Mazatl, ¿qué inquieta tu corazón?
—Tengo comida, refugio y libertad, pero siento que me falta algo —respondió el venado.
Ehecatl, con su sabiduría, le explicó:
—Tu espíritu anhela un propósito. Viaja más allá de estas montañas, descubre nuevas tierras y ayuda a quienes encuentres en el camino.
Aunque tenía miedo de dejar su hogar, Mazatl decidió seguir el consejo. Durante su viaje, conoció a otros animales que necesitaban su ayuda: una liebre atrapada en un arbusto, un ave herida y un oso que había perdido su cueva. Mazatl les ofreció su apoyo sin esperar nada a cambio.
Con el tiempo, comprendió que su propósito era usar su fuerza y bondad para hacer del mundo un lugar mejor. Al regresar a las montañas, su corazón ya no estaba inquieto, pues ahora entendía que su felicidad dependía de ayudar a los demás.
Moraleja
La verdadera plenitud se encuentra al ayudar a los demás y encontrar un propósito en la vida.
In Coyotl huan In Tlapol In Xochitlhuipilli Tekoxikpan
Ipampa in tepepanik tlahko, kan totonik ipan tonatiuh ye miek xochitl, nepanayotia tlapoyohuan. Ompa nemiah se chiktik tekuani motoka Coyotl. Ika ikpatlalik chichiltik, nemiya ika tlamanchikayotl ihuan axan mitiztok. Iwan onka se ichpochtli, kan se tlamachiotl tilini nika moyokiyotik.
—¿Akan timoyoliti kualikan in tlen tlapoyolotik? —kwiloya Coyotl, kwika.
—In moyolotl nohuix ti moneki. In yolikayotl nochtlamachihui, nokan ne ni kipano. —kihto Tlapol, ikniuhya nohuik.
Coyotl, ken ikitlani tlahtzintli nohuik tzintzilhui, kinochiwaya ken tiwan, kualli in tlachia toptlakatl tlamantli.
—Tlahnotlamachih, Tlapol. Ni kan mihuik, xochitlkuik yohuitl mochi moyotl nemiliz, teyoltlak. —kihto Coyotl, kenik.
Tlapol, ichan, ya tlapoa onmichi. Ipampa in yohuitl tipakhuik in tlanekayotl, ka se tlalpanonoyoztli. Omichi Coyotl onkoch, iwan ipanhuik onkan motiyotl.
In nechikimej tlahtlaniliztli tikizkotlali ipan tlahtlaniliztli ihuan timoikilizkehuia.
Traducción al Español
El Zorro y la Luciérnaga del Bosque Oscuro
En un bosque donde la noche reinaba incluso durante el día, vivía un astuto zorro llamado Coyotl. Su pelaje era tan oscuro como las sombras, lo que le permitía moverse sin ser visto. Una noche, mientras exploraba, vio una pequeña luz danzante. Era una luciérnaga llamada Tlapol, quien iluminaba el camino con su tenue brillo.
—¿Por qué brillas en un lugar tan oscuro? —preguntó Coyotl, intrigado.
—Es mi naturaleza. La luz que llevo dentro me guía y protege —respondió Tlapol, orgullosa de su brillo.
Coyotl, que siempre buscaba oportunidades para cazar, pensó que aquella luz podría atraer a otros animales y facilitarle la comida.
—Ven conmigo, Tlapol. Conozco un lugar donde podrás brillar más intensamente y serás admirada por todos —dijo Coyotl con voz amable.
Tlapol, ingenua, aceptó seguirlo. Juntos llegaron a una cueva profunda y oscura, donde Coyotl planeaba atrapar a los animales que se acercaran a la luz de la luciérnaga. Sin embargo, Tlapol notó las intenciones del zorro y, usando su brillo, alertó a los demás animales del bosque.
El plan de Coyotl fracasó, y los animales lo expulsaron de la cueva. Tlapol, por su valentía y astucia, fue celebrada como una heroína. Desde entonces, el bosque oscuro brilló con más luces, ya que las luciérnagas decidieron unirse para protegerse y ayudarse mutuamente.
Moraleja
La verdadera fuerza radica en la unión y el uso sabio de nuestros talentos.
In Atlauhco Dorado huan In Ayotli In Atzalintik Atl
Ipan se atzalintik atl, kan amo tlen quichihua in xochitl teoyotl ipal tlachih, nemiah se tekiti ihuan tlakatl in totoltzin Ayotli. Ikalawiya in ipan atl yohkamachih, ihuan niman nopakiya in iknohhuia. Se tonatiuh, ikneki, onmihtih ikpak se yohkamachih teohyohtli, Chichiltic iknihtzin.
—¿Tlen tichiwa, huan akan timotoka? —ilhuitia Ayotli, itlapohouh.
—Nikneki Chichiltic, in ichka atoyatl tochan in ikin amatlahtoa ipan tiyohuitl. Xochitl tokan in nemiliz yolitztli tlachihua in nemiliztli —ikpakilhuia Chichiltic, ihuan ilhuitia.
In tiyolotzokayotl ihuan tiyolpanotztli kualitsih itlan ihhuik tlen tiyohuitl chiwalli.
Traducción al Español
El Pez Dorado y la Tortuga del Lago Profundo
En un lago tan profundo que nadie conocía su fondo, vivía una tortuga sabia llamada Ayotli. Pasaba sus días explorando las aguas tranquilas y disfrutando de su soledad. Un día, un brillante pez dorado llamado Chichiltic llegó al lago desde un río cercano.
—¿Quién eres y qué haces aquí? —preguntó Ayotli con curiosidad.
—Soy Chichiltic, el pez más veloz y admirado del río. He venido aquí en busca de aventuras —respondió Chichiltic con orgullo.
Ayotli, impresionada por el brillo del pez, le ofreció un recorrido por el lago. Mientras nadaban, Chichiltic se burlaba de la lentitud de Ayotli.
—Eres demasiado lenta. Si fueras más rápida, podrías explorar más lugares como yo —dijo Chichiltic, riéndose.
Ayotli, sin responder, continuó nadando pacientemente. Pronto, llegaron a una zona del lago donde las aguas eran turbulentas. Chichiltic, confiado en su velocidad, nadó rápidamente hacia las corrientes, pero quedó atrapado en un remolino. Mientras tanto, Ayotli, con calma y experiencia, lo rescató y lo llevó de vuelta a aguas seguras.
—Gracias, Ayotli. Ahora entiendo que la velocidad no siempre es lo más importante. Tu sabiduría y paciencia salvaron mi vida —dijo Chichiltic, avergonzado.
Desde ese día, ambos se convirtieron en amigos inseparables, combinando la velocidad de Chichiltic con la sabiduría de Ayotli para explorar el lago y protegerlo juntos.
Moraleja
La sabiduría y la paciencia son cualidades que superan cualquier habilidad física.
In Tlapani huan In Kualitztli In Yohuitl Tepetlaltokayotl
Ompa ipan se tepen tzinitlapan, nemiah se tlaltzintli cuauhtli motoka Tlapani, tlein amo iwan oknemi tlen xochitl kualitztli okilhuik. Se tonatiuh, ichka ipampa oknemitl, tlaxoyahuikikan onmiyohtok se kualitztli auh iknemi ichka ipan in tepetlaltokayotl.
In kualitztli huan in tiyohuitl timotiyotzoh mopatzkeh tlen tetlanihuik tlahtlanilistli.
Traducción al Español
El Cuervo y el Arpa de los Espíritus del Bosque
En lo profundo de un bosque encantado vivía un cuervo llamado Tlapani, conocido por su ambición y su amor por las cosas brillantes. Un día, mientras volaba entre los árboles, encontró un arpa dorada abandonada en un claro del bosque. Cuando intentó tocarla, un sonido mágico resonó, y los espíritus del bosque aparecieron.
—Esa arpa no es un juguete. Pertenece a los espíritus de este lugar —dijo uno de ellos, una figura luminosa con voz grave.
—Pero si yo la toco, traeré belleza al bosque —respondió Tlapani, tratando de justificar su curiosidad.
Los espíritus, sabiendo que el cuervo buscaba solo engrandecerse, le ofrecieron un trato: podría quedarse con el arpa si lograba usarla para beneficiar a los demás animales del bosque. Tlapani, confiado en su astucia, aceptó.
Durante días, el cuervo intentó tocar el arpa, pero el instrumento no emitía ningún sonido bajo sus garras egoístas. Frustrado, decidió llevarla a los animales para demostrar su talento. Sin embargo, mientras lo hacía, descubrió que cada nota del arpa tenía el poder de calmar conflictos, atraer lluvia y hacer crecer flores.
Al final, Tlapani entendió que el verdadero poder del arpa no era engrandecerlo a él, sino ayudar al bosque y a sus habitantes. Desde entonces, dedicó su vida a usarla para el bien común, convirtiéndose en un símbolo de armonía entre los animales.
Moraleja
El poder y el talento alcanzan su verdadero significado cuando se usan para el bien de los demás.
In Miztli huan In Huehue Tecomatl In Tlaltikpakpan
Ipan se tlaltepani se tlaltikpak, kan tonatiuh in tekuani, nemiah se miztli motoka Mixcoatl. In miztli mochi kuali huan chichikaw, pero tiyowikayotl huan tiyolko. Se tonatiuh, ka tlatlaki in kichtokiliztli, onmopepehuik se chiaktik tecomatl. In huehue Tecomatl, se tlatzintli ayokik, iwan mitochiwitl ichpochtli tlahtlanilistli.
—¿Ken tikwa yehka, Tecomatl tlen ayok mixochitl? —ilhuitia Mixcoatl, tleyolohua—. Amo titlahchi, amo titlakamaki.
In Tecomatl, iwan tiyolotzokayotl, oknochiwa:
—Axke titlakamaki, amo niktlakatia, pero nikan nimotlahchihui se tlen amo tiyotlaxpana.
Mixcoatl okechihua, ahmo okneki motlanelhuia, iwan huehkatonatiuh ikpani okmelahuika kiwik. Ikan tlen ahkochiya tonatiuh tlayoh, onkachikah se metstik tlamotlahtolistli. Okan ohkehka omixpan in Tecomatl iwan oknotlami.
—Titechmaka in tlen mitztlami, ompa nitlamachtia —ilhuitia Tecomatl—. In tiyoltzilayotl huan tiyolpanotztilistli huella yohuitl tlen tiyowikayotl.
Mixcoatl oknotzani, iwan Tecomatl okmah iixpan in atl. Ipampa in tonatiuh, Mixcoatl timocahua Tecomatl kanik ika tiyolotzokayotl huan tiyotlamachia.
Teyoltilistli
In tiyowikayotl tlen amo tiyolpanotztilistli ihuan tiyoltzilayotl, ahmo tihueliti ichka ipan huey tlahtlanilistli.
Traducción al Español
El Puma y el Anciano Cactus del Desierto
En un vasto desierto donde el sol reinaba sin piedad, vivía un puma llamado Mixcoatl. Era fuerte y ágil, pero también impaciente y orgulloso. Un día, mientras buscaba sombra, encontró un enorme cactus cubierto de espinas. Era Tecomatl, un cactus viejo y sabio que había visto pasar generaciones de animales.
—¿Qué haces aquí, cactus inútil? —preguntó Mixcoatl con desprecio—. No puedes moverte ni defenderte.
Tecomatl, con calma, respondió:
—Puede que no me mueva, pero con el tiempo, he aprendido más de lo que imaginas.
Mixcoatl rió, incrédulo, y continuó buscando agua. Después de horas de caminata bajo el sol abrasador, el puma estaba exhausto. Recordó al cactus y decidió regresar. Al llegar, vio que Tecomatl había almacenado agua en su interior y que las aves venían a picotear su fruto.
—Ayúdame, Tecomatl. Estoy sediento —rogó Mixcoatl, olvidando su orgullo.
—Primero debes aprender algo importante —dijo el cactus—. La paciencia y la humildad son tan necesarias como la fuerza.
Mixcoatl aceptó, y Tecomatl le permitió beber de su interior. A partir de ese día, el puma visitaba al cactus con frecuencia, no solo para saciar su sed, sino también para aprender de su sabiduría.
Moraleja
La fuerza sin humildad ni paciencia no puede superar los retos más difíciles.
Te invitamos a seguir explorando estas maravillosas historias. A través de las 10 fábulas en náhuatl traducidas al castellano, preservamos y compartimos la sabiduría de una de las culturas más importantes de nuestra historia. ¡Gracias por acompañarnos en este viaje!